Una alimentación saludable es uno de los pilares del buen estado general y del rendimiento escolar. Será la que proporcione los nutrientes necesarios para un adecuado crecimiento y desarrollo y posibilite la necesaria actividad física. En consecuencia, se adaptará a las necesidades de cada persona, a las diferentes etapas del crecimiento y al ejercicio físico realizado. Es primordial que se alimente a los niños de forma equilibrada, variada y suficiente. La siguiente pirámide de la alimentación indica cuáles son los tipos de alimentos recomendados y las raciones diarias de cada uno de ellos.
Algunas recomendaciones:
- Las necesidades nutritivas se cubrirán a lo largo del día y se recomienda repartirlas en 5 comidas: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Comer 5 veces al día hace que las digestiones sean mejores y que en ningún momento falte energía para afrontar las actividades diarias. Además se evita picar fuera de horas y llegar a la siguiente comida con demasiada hambre.
- Todas las comidas son importantes, pero especialmente el desayuno. Después de dormir los niveles de energía por la mañana son bajos, ya que el organismo lleva más de 8 horas sin probar alimento. Se debe procurar que se levanten con el tiempo suficiente y proponerles un desayuno variado, incluso diferente para los distintos días de la semana. Un desayuno completo y equilibrado es el que se compone de un lácteo (leche, yogur, etc.), cereales (tostadas, galletas, cereales de desayuno, etc.) y fruta o zumo.
- Destinar tiempo para no tener que comer con prisa. El hábito de comer con tiempo suficiente debe de aprenderse ya en la infancia y no abandonarlo en la adolescencia. Para ello, los padres deben comprometerse con el ejemplo e intentar en la medida de lo posible que estén acompañados a la hora de comer. Es un buen momento para hablar en familia.
- También es importante tener en cuenta que el mundo que hay en torno a la comida está rodeado de estímulos agradables, por lo que no está bien premiar o castigar a los más pequeños con la comida. Por tanto, no se les debe forzar a comer ni consentir caprichos sistemáticos. Hay que buscar alternativas que permitan sustituir alimentos entre sí dentro del mismo grupo y con valores nutritivos similares y que puedan ser mejor aceptados por ellos.
- No es recomendable tener la televisión encendida mientras se come.
- Una medida muy eficaz para inculcar hábitos de alimentación saludables en los menores es dejarlos colaborar en la compra y convertirlos en colaboradores eficaces en la elaboración de las comidas adjudicándoles tareas acordes con la edad. Y eso sin olvidar preparar comidas atractivas para que a los niños les entren por los ojos y no las rechace sin más por su aspecto.
La alimentación equilibrada y el ejercicio físico saludable favorecen el mantenimiento de una imagen corporal con la que sentirse bien y ayudan a evitar los trastornos de la alimentación más habituales, así como la obesidad. De todas formas, cada persona es diferente, su cuerpo es diferente y tiene un desarrollo particular. Es importante ayudarles a adquirir la capacidad de analizar críticamente los modelos físicos, tanto para chicas como para chicos, que se imponen desde la moda, la televisión, etc., y que se alejan de lo que se considera saludable.
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